Por Guillermo García
El Consejo Nacional de la Magistratura está obligado a explicar el motivo por el cual hizo caso omiso a la objeción de una de sus miembros, que trató de salvar oportunamente los vejámenes y sobre todo la violación a derechos fundamentales a los cuales injustamente fue sometida la Magistrada Germán Brito, vulneraron el sagrado derecho de defensa, los principios de igualdad entre las partes y ante la ley, laceraron el princpio de legalidad y sepultaron el respeto al debido proceso, infausto momento vivido en presencia de las máximas autoridades que representan los poderes del Estado; el silencio de dicho órgano ante el ominoso escenario implica socavar la institucionalidad, el Estado de Derecho y la esperanza de obtener una tutela judicial efectiva de los demás órganos que le corresponde administrar justicia