Confrontando
Por Juan Tatis
Lo primero que debe llamar la atención es el nombre de Reinaldo Pared Pérez, con el cual se designa el congreso partidario de los peledeistas.
En ese orden de ideas hay que decir que Danilo y la cúpula del otrora poderoso, no tienen moral para tratar de honrar la memoria de un hombre al que abandonaron en los días más difíciles de su existencia, un Reinaldo que agobiado por un cancer de esófago y desengañado de un líder que no quiso aupar a un intelectual y probado militante de la causa morada, tomó la fatídica decisión del suicidio.
Hoy le remuerde la conciencia a Danilo y a la cúpula del PLD frente al legado de un hombre al cual traicionó políticamente, maniobrando para imponer a Gonzalo Castillo, después de Reinaldo habérsela jugado tantas veces por el ingrato de Arroyo Cano.
Ya nada asombra de Danilo porque ese es el trato que tarde o temprano termina recibiendo todo el que ha estado bajo su servicio, basta recordar en ese sentido al fallecido amigo Monchy Rodríguez, un dirigente de número uno del danilismo, metódico, eficiente y capacitado, al cual nunca le nombró ministro de estado, cuyas diatribas internas provocaron su muerte a destiempo.
En cuanto al Congreso en si, Danilo Medina habló bastante claro al final de la pasada campaña electoral, con una especie de sentencia lapidaria: “ El partido que quede en tercer lugar iniciará el camino de la extinción “.
En ese contexto cabe preguntar ese congreso iniciado el 7 de julio será el de la extinción, pues por lo visto los dos excandidatos presidenciales de la organización, Abel Martínez y Gonzalo Castillo no generan pasiones ni afectos políticos, cuando se le negó un turno oficial en la apertura del Congreso y se evidenció aún más en el no rotundo para la difusión de un mensaje a los asambleístas del PLD, con razón Abel prefirió quedarse disfrutando de una de sus villas de Jarabacoa.
Un Gonzalo Castillo del cual nadie se acuerda ni se le menciona siquiera y enfocado tratando de demostrar su inocencia ante la justicia, cuyo ministerio público lo acusa de ser parte de un mayúsculo hecho de corrupción pública.
Un partido con su presidente inhabilitado, con su entorno familiar entrampado en las redes de la justicia, un secretario general renunciante y que no levanta vuelo, un cuerpo de ex ministros que se avergüenza de dar la cara por la organización, no tiene a simple vista un futuro halagüeño.
Esos esfuerzos del ex presidente representan aletazos políticos para tratar de preservar la franquicia que como partido mayoritario aún, genera cientos de millones cada año para las acciones políticas y personales, las cuales bajo ninguna circunstancia Danilo dejará mientras viva en manos de Abel Martínez ni de ningún otro que pretenda sustituirlo.
Además, es innegable la inconformidad de la cambia chaqueta de Margarita Cedeño con el Zorro y la cúpula pues ni siquiera ejerció el derecho al voto y se excusa con tiempo de todas las reuniones desde hace más de un año.
El pusilánime de Francisco Domínguez no levanta temporal ni adentro ni a fuera de la organización. Francisco Javier García hace tiempo marcó distancia, Carlos Amarante está enfrentando a su antiguo líder enrostrándole la división del PLD y los huidizos de Camejo y Fadul no sacan una gata a mear.
Finalmente, en algo tiene razón Danilo en el discurso de la ocasión y es en felicitar y agradecer la presencia de los valientes que asistieron al acto político que marcó el inicio de la extinción de una de las organizaciones partidarias del sistema electoral dominicano, pues con un cuadro político tan deprimente, quizás en 50 años como expresó el propio exmandatario, cuando las generaciones presentes hayan abandonado este valle de lágrimas, sería posible que los morados de Danilo puedan levantar cabeza.