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Exportaciones dominicanas y la gente

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Para ser un país pequeño y de limitado desarrollo, la economía dominicana logró crecer por muchos años, justo hasta comenzar la pandemia. En el proceso, el país desarrolló un sector exportador diverso que genera divisas.

Primero, la República Dominicana exporta productos agrícolas y agroindustriales. Por ejemplo, es líder en la exportación de cacao y banano orgánico, sobre todo a Europa. A Haití exporta muchos productos de manera formal e informal.

A Estados Unidos exporta una diversidad de productos para la venta general o en enclaves dominicanos.

Segundo, la República Dominicana exporta productos ensamblados en las zonas francas. Este proceso adquirió importancia con la Iniciativa de la Cuenca del Caribe de Estados Unidos en la década de 1980, pero el desplazamiento de la producción norteamericana a China por la inmensa reserva de mano de obra barata impactó negativamente las zonas francas de nuestra región.

En años recientes se ha producido un renacer del sector y podría ser que, en el futuro, los Estados Unidos disminuyan la producción en China y utilicen aún más los territorios cercanos.

En el marco de zonas francas también se han desarrollado los call centers para compañías extranjeras.

Tercero, la República Dominicana exporta productos mineros, con el oro que actualmente registra altos precios por la crisis económica. Tanto en el 2013 como ahora, el Gobierno dominicano ha recurrido a la Barrick Gold para enfrentar problemas fiscales.
Cuarto, la República Dominicana “exporta” servicios turísticos.

Escribo exporta entre comillas porque esos servicios no se envían al exterior, los extranjeros vienen. El turismo genera divisas al igual que las exportaciones de bienes agrícolas, industriales, de servicios o mineros.

Quinto, la República Dominicana también “exporta” población que emigra en busca de mejores condiciones de vida. Escribo exporta entre comillas porque la migración es una salida de personas (no de productos) que buscan mejor vida fuera del país. Esos migrantes envían remesas.

En los primeros cuatro tipos de exportaciones las ganancias se concentran en los dueños de las empresas. Por ejemplo, el trabajo agrícola es en gran medida realizado por inmigrantes haitianos indocumentados dispuestos a trabajar por bajos salarios dadas las precarias condiciones en Haití.

Las zonas francas utilizan mano de obra dominicana, y muchas mujeres, por salarios mínimos bajo el argumento de ser competitivos, si no, los empresarios amenazan con establecerse en otros países. El sector minero emplea relativamente poca mano de obra y los salarios también son bajos.

El sector turístico opera bajo la misma lógica de que para ser competitivos internacionalmente los salarios deben ser bajos.

Es decir, en todos esos sectores generadores de divisas, la riqueza se concentra arriba por los bajos salarios que pagan y los incentivos fiscales que reciben.

Para muchos dominicanos las remesas operan como un seguro social, en tanto los recursos fluyen directamente para cubrir necesidades familiares de manera regular o en situaciones de necesidad especial.

En medio de la crisis económica que impera actualmente producto de la pandemia, el Banco Central anunció la semana pasada que las remesas subieron 37.1% en septiembre 2020 con relación a septiembre 2019.

Esto muestra un decidido apoyo de los inmigrantes dominicanos a sus familiares en la República Dominicana, sobre todo, de aquellos radicados en los Estados Unidos, desde donde procedió la mayor cantidad de remesas.

Así que, mientras el turismo está mal porque los extranjeros no están viniendo, las remesas están fluyendo por la solidaridad familiar. Ojalá que las condiciones de vida de los dominicanos en el exterior no empeoren en los próximos meses.

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