Por Norberto Rubio.
Su figura representa uno de los más pragmáticos políticos de la República Dominicana, hasta el punto que a la fecha se le recuerda como el líder de masas.
Pero no bastó con llamarse o ser líder, algo pasó que muchos podemos descifrar sin tener que ir a un diario, quizás por su pureza y por ser un hombre de paz no logró lo que perseguía “Ser presidente de un país que en ese entonces por su color, un amplio sector de la sociedad le cuestionaba, así como lo hicieron con Martín Luther King, aquel pastor estadounidense de la Iglesia Batista.
O a lo mejor la falta de decisión fue producto de lo que mencionamos en el segundo párrafo y es que a veces para lograr lo que perseguimos tenemos que aplastar al enemigo, no sería sano permitir que este tome las armas y actúe en contra de vosotros, pero para esto el líder de multitudes no tenía coraje, por ser un hombre de paz, un hombre nacido en la Loma del Flaco.
Reitero, no fue suficiente que a través de un discurso por radio y television hiciera un llamado a la sociedad dominicana en abril de 1965 a lanzarse a las calles para exigir la vuelta a la constitucionalidad, hecho que valoramos, pero su meta era una que no pudo concretar ” ser presidente de la República”.
En el año de 1994 fue el propulsor de un acuerdo entre los principales líderes políticos de la época. Este acuerdo fue llamado Pacto por la Democracia en el cual se acordó la no reelección, la reducción del gobierno de Balaguer, la celebración de elecciones en mayo del 1996, entre otras cosas.
Sin embargo, sus ideas quedaron frustradas en ese momento y ustedes conocen los resultados.
A pesar de los obstáculos y de los golpes recibidos por déspotas de la época, podemos decir que este líder de piel oscura dejó su legado y por tanto no podemos ocultarlo, seríamos mezquino al no hacerlo.
José Francisco Peña Gómez impulsó la inclusión de la doble nacionalidad en la constitución de la República Dominicana, logrando los dominicanos gozar de dos nacionalidades sin perder la de origen, fue vicepresidente de la Internacional Socialista, sindico de Santo Domingo, presidente del PRD y gracias a él hoy tenemos el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) de la República Dominicana.
En fin, solo me cuesta decir que el arte de la prudencia debe de aplicarse, pero ante cualquier amenaza de muerte, la autoridad debe de imponerse, así como lo hizo Alejandro el Grande en los pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte de Filipo para revelarse, este con un batallón de 40,000 mil hombres enfrentó a los Persas, y logró muchas cosas que tenía en carpeta.
Por lo tanto, las limitaciones deben ser superadas, quizás no sea necesario lanzar un ejército a las calles, pero deben de estar preparados para derrotar hasta a su propia sombra, si quieren lograr lo que su líder soñó desde que se encontraba en el vientre de su madre la señora María Marcelino, ¡Ser presidente de la República!