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Santo Domingo

Mi opinión “caso Emely”

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Por Guillermo García.

Realmente para hacer una crítica eminentemente objetiva hay que estudiar la sentencia, pero ante un abominable hecho, el cual concitó el más noble sentimiento de justicia y un justificado repudio social, hay que destacar y reconocer la firmeza y valentía de esos jueces, su proceder dignifica la justicia dominicana, fallaron de acuerdo a lo que se pudo probar en el juicio, haciendo caso omiso a la presión mediática y al populismo penal, más aún cuando el morbo se manifiesta tan alucinante y tan lejos que cualquier agujero negro diseminado en el espacio, capaz de obviar la pena de 30 años a Marlon. No obstante, entiendo que el quid del asunto siempre estuvo en acoger o descartar la complicidad de Marlyn básicamente por el ocultamiento del cadáver, que fue su verdadera participación probada en el juicio, sin embargo, el Código Penal lo califica como un tipo penal autónomo, por ese motivo al comprobarse dicho ocultamiento declaró su culpabilidad por ese tipo penal y no por complicidad; sin embargo, para incrementar la pena el tribunal declaró la culpabilidad por sustracción de menores, cuestión absolutamente incomprensible, y a la vez contradictoria, muy especialmente por haber descartado la complicidad, participación o colaboración antes de la muerte de la joven, ante lo ocurrido cualquiera preguntaría ¿La sustrajo para que? Desligar la respuesta a la vinculación de la colaboración antes de la comisión del hecho punible por lo anteriormente esgrimido hacen en principio, que la sentencia sea manifiestamente ilógica o infundada, del mismo modo como apelará el ministerio público, deberá hacerlo en su oportunidad, la defensa. Para honrar la memoria de Emely, se tiene que solicitar mayor inversión de manera integral en el presupuesto de la justicia, no para aumento de salarios, sino, para poder resolver cuestiones elementales a la hora de recolectar evidencias, ese es el tema, al ojo por ciento no se puede condenar, violándose la cadena de custodia de la prueba tampoco. Se hace impostergable más inversión para el funcionamiento de los laboratorios criminalísticos en todas las áreas, compuestos por un personal capacitado, que el análisis de la escena del crimen tenga credibilidad, de igual manera el estudio sobre los resultados atinentes a la documentoscopia, a la toxicología, a la prueba de balística, a la prueba de ADN, a las huellas dactilares, a la serología forense, la semenología forense, no se puede apartar la ciencia del derecho, porque también este último lo es, mucho menos con puras, vagas y manipuladas interpretaciones de la ley, esto lo que hace es lacerar cada vez más el deteriorado y mal llamado sistema democrático de justicia. Que esta decisión sirva para empoderarnos y reclamar como sociedad lo que a la justicia le hace falta, si aniquilamos los derechos fundamentales, no tiene razón de ser el Poder Judicial, ni el Tribunal Constitucional, basta que el Ejecutivo con sus agencias represivas tomen las más espeluznantes arbitrariedades, las cuales en innumerables ocasiones sin ningún tipo de pudor son decididas judicialmente. ¿Como política criminal del Estado, y tomando en cuenta la teoría de la prevención general de la pena, es preciso aprobar ya el Código Penal, o legislar para que se establezca una pena mayor de dos años al ilícito penal de ocultamiento de cadáver? Debería ser la interrogante, que por cierto, es otra cosa, sobre todo cuando es de absoluto conocimiento que la fiebre no está en la sábana.

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