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Santo Domingo

No hay a quien culpar: autogol

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Es lamentable que en esta ocasión la JCE corra el riesgo de marcar un segundo autogol por no cumplir con su propio plan de utilizar primordialmente la tecnología digital para la capacitación del personal que laborará en las elecciones a celebrarse el 5 de julio

A tres meses de ser azotados por la pandemia del novel coronavirus, prácticamente todos los maestros e instructores han tenido que prescindir de formar presencialmente, en vista de los riesgos inherentes en reunir a muchas personas durante un prolongado periodo de tiempo en un espacio cerrado y hablando constantemente. Para sofocar el contagio comunitario se procura evitar las reuniones con muchas personas provenientes de diferentes hogares, sobre todo en aulas, auditorios y laboratorios. Es un enorme sacrificio para la sociedad, pero las instituciones han entendido la necesidad de limitar al mínimo las reuniones presenciales con fines de formación y capacitación de toda índole, hasta que retroceda el contagio comunitario. En sustitución de la formación presencial, los educadores e instructores han producido o adaptado en tiempo récord diversas plataformas educativas digitales, incluso para párvulos.

Para la jornada electoral del 5 de julio próximo, la Junta Central Electoral tiene la tarea de capacitar en pocas semanas a 125,000 ciudadanos para dirigir todos los aspectos de las votaciones en los 16,001 colegios electorales, tarea que tradicionalmente ha realizado en talleres y con materiales impresos. Así lo hizo en todos los municipios para las fallidas elecciones del 16F y los exitosos comicios del 15M. Al menos desde que el 13 de abril, cuando con 3,167 contagios y 177 fallecidos se vio la necesidad de aplazar la fecha del sufragio por “emergencia sanitaria”, se debió prever la urgencia de prepararse para realizar las capacitaciones y la entrega de materiales digitalmente, tanto en ultramar como en el territorio nacional. Pues, si bien el reciente aborto de la votación automatizada impide la sustitución de las boletas impresas por una modalidad digital como forma de sufragio para el 5 de julio, no tenemos por qué prescindir de la capacitación vía plataformas digitales como manera de mitigar los altos riesgos de reuniones presenciales en medio de la pandemia.

Talleres de formación, 9 junio 2020, en Nueva York, JCE

Sorprende, por tanto, que, al 29 de abril, no se conociera oficialmente de planes para cambiar la forma de capacitación tradicional por entregas digitales. En un artículo en Diario Libre titulado, JCE arranca en mayo capacitación personal trabajará en elecciones del 5 julio,Niza Campos comentaba: “Extraoficialmente se ha informado que si bien algunas instrucciones se darían de manera virtual, se adoptarán las debidas medidas sanitarias para preservar la salud de los participantes en los talleres y entrenamientos.” El énfasis en esa ocasión era sobre las medidas de distanciamiento e higiene en los talleres y entrenamientos, cuando, en primer término, la JCE debió enfocarse en evitar la congregación presencial de miles de grupos de entre 20 y 25 participantes, según las informaciones, unas 5,000 a 6,250 sesiones presenciales solo para capacitar a los 125,000 voluntarios. Los epidemiólogos repiten constantemente que la prioridad durante la pandemia es evitar las reuniones presenciales: las medidas de distanciamiento e higiene son parte de una segunda línea de defensa ante la amenaza del coronavirus cuando la congregación se hace inevitable.

Por eso, cuando la Junta Central Electoral anunció oficialmente a mediados de mayo el inicio de la capacitación del personal que trabajará en los comicios del 5 de julio, nos sentimos muy complacidos con la explicación del Director de Elecciones de la JCE, de que:“…la capacitación estará orientada en dos ejes, pues en algunos casos será presencial y en otros virtual.En términos reales apelaremos a lo virtual donde es posible y a lo presencial donde es eminentemente obligatorio y estamos preparándonos en ese sentido”. Sabio enunciado de priorizar la capacitación virtual para minimizar los riesgos de contagio viral en talleres presenciales, pero lamentablemente no hemos podido constatar su cumplimiento en la práctica.

Sin explicaciones, las autoridades electorales han optado por seguir con los talleres presenciales, incluso en Estados Unidos, iniciando el 9 de junio en Nueva York donde se tiene planificado capacitar a unos 3,000 voluntarios en grupos de no más de 25 participantes; o sea que actualmente se celebran no menos de 120 talleres de entrenamiento solo en ese estado, que se pudieron haber evitado utilizando una plataforma digital. En la publicación de la JCE se hace hincapié en las medidas sanitarias de mitigación que se observan en estas reuniones, pero la verdad es que no son eventos imprescindibles en vista de los avances de la tecnología que hacen este tipo de capacitación virtual factible con resultados comparables. Además, la modalidad presencial tiene un costo mucho más elevado por voluntario capacitado, ahorros que se deberían aprovechar para mejorar las medidas sanitarias en los colegios electorales durante las votaciones del 5 de julio.

Como ha determinado la auditoria de la OEA, el 16F la Junta Central Electoral ya marcó un gol contra su propia portería al improvisar con la tecnología en las votaciones, a pesar de todas las sanas advertencias de Participación Ciudadana y otras voces sobre los peligros de esa modalidad de sufragio. Es lamentable que en esta ocasión la JCE corra el riesgo de marcar un segundo autogol por no cumplir con su propio plan de utilizar primordialmente la tecnología digital para la capacitación del personal que laborará en las elecciones a celebrarse el 5 de julio, posiblemente contribuyendo, con miles de reuniones presenciales resultantes, al agravamiento de la emergencia sanitaria que dio lugar al aplazamiento de los comicios. Hoy la tecnología digital es muy apropiada para la capacitación, pero muy riesgosa en su implementación para el sufragio automatizado, como se acaba de comprobar en el estado de Georgia, a pesar de su inversión de 107 millones de dólares en el sistema utilizado en sus elecciones primarias. Para no marcar autogoles, es preciso aprovechar la tecnología informática con sentido común: utilizar su poder multiplicador para la capacitación virtual, al tiempo de cuidarse de sus debilidades sistémicas en otras funciones.

JUAN TOMÁS TAVARE.

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