
Por Tomás Peña. Actualmente, la República Dominicana vive en una dictadura moderna, ya que cuenta con un sistema político totalmente desequilibrado, porque el Partido oficialista tiene un control absoluto de todos los organismos del Estado. Órganos Legislativos, órganos fiscalizadores, órganos judiciales, en fin controla ¡TODO!
Por otro lado, tenemos al Partido Revolucionario Moderno, principal partido de “oposición”, pero debemos plantearnos la siguiente interrogante: ¿realmente existe oposición en nuestro país?
La respuesta es no. El país está carente de líderes que conecten con el pueblo, que conecten con la juventud que en su mayoría está desinteresada por la política, que hagan una verdadera oposición. Ante esta carencia de liderazgo, en los últimos meses hemos podido observar que un aspirante a la presidencia con un eslogan llamado: “Mano dura sin dictadura”, ha adquirido bastante popularidad en las redes sociales y en la sociedad civil. Incluso, se dice de fuentes extraoficiales que este cuenta aproximadamente con un 10% de popularidad.
Este individuo, nieto del más grande dictador que ha tenido la República Dominicana, no está posibilitado para aspirar a la presidencia de la República, ya que el artículo 20 de la Constitución se lo prohíbe. Sin embargo, a pesar de él estar consciente de su imposibilidad sigue con el afán de su campaña política, la pregunta es: ¿por qué?, acaso confía en la posibilidad de una reforma constitucional. En caso de que surgiera esta reforma, ¿se tocaría también el famoso artículo 124 sobre la elección presidencial?
Si vemos la cuenta de instagram de la presidencia de la República (@presidenciard), podemos deducir la posibilidad de que el presidente Medina esté en campaña política. Sería una buena jugada maquiavélica de Danilo, aprovechar la posible reforma constitucional para su repostulación, agregarle también una modificación al artículo 20, para posibilitar a Ramfis y dividir la oposición.