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¿Cómo leer las etiquetas de los alimentos?

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Ir al supermercado, además de ser una tarea sin fin y repetitiva, podría impactar de manera significativa la salud de tu familia.

Muchas veces por desconocimiento, en la mayoría de los casos, hay quienes se dejan llevar por la presentación de los productos y no se toman el tiempo de leer el contenido. Es posible que muchos hayan sido engañados por los porcentajes “ideales” que se distinguen a simple vista en ese “saludable y natural” jugo de naranja.

Aunque hay que destacar que nadie tiene el tiempo para dedicarse a leer cada etiqueta del supermercado. Sin embargo, no está de más conocer aquellos ingredientes que pertenecen a la lista de los más dañinos y procurar que esos alimentos que los contengan permanezcan fuera de tu carrito de compras en el futuro.

Las etiquetas
Las etiquetas presentan la información nutricional de los alimentos y las porciones, siendo esta última la que determine el valor total del paquete.

ï Porciones
A veces sucede que tomamos una barra doble de granola y leemos que contiene 90 calorías. Es posible que este valor sea por una porción y que la porción sea tan solo una barra, aunque el paquete contenga 2. Lo que quiere decir que en total serían 180 calorías. Es por esto que debemos tomar en cuenta las porciones.

Otro factor a considerar es cuando la porción está representada como cruda. Esto es sumamente importante cuando medimos pastas y arroces.

ï Calorías
Representan la unidad básica de medición de la energía. Esta energía se obtiene de los alimentos y se gasta cuando te ejercitas. Provienen de las grasas, las proteínas y los carbohidratos.

En las etiquetas siempre verás el valor de las calorías  y de las calorías de grasas. La diferencia es que aquellas de grasa son dos veces más densas que las normales.

Esta información es crucial para los que buscan rebajar o mantener su peso. Siempre se basan en el valor de un servicio o porción.

ï Grasas y azúcares
Estos elementos los consideraremos como rojos, lo que quiere decir que su valor afecta de manera crucial la calidad del producto y su impacto en tu organismo. Entre ellos están las grasas totales, las saturadas, las trans, colesterol, sodio y azúcar.

Las grasas trans o “trans fat” deben ser evitadas siempre que sea posible ya que no son saludables. También es importante evitar los niveles altos tanto del sodio como del azúcar.

ï Fibra y Proteína
Estos factores son considerados verdes, ya que proveen múltiples beneficios para la salud, por lo que sus valores deben ser altos siempre.

Los valores representados en porcentajes (%) representan lo que cada renglón vale dentro de la dieta diaria que se basa en 2,000 calorías.

Un 5 % es considerado bajo mientras que un 20 % es considerado alto.

ï Ingredientes
La información que se presenta aquí es la mejor forma de saber si un alimento es saludable o no. Existen algunas “áreas grises” o escapatorias que le permiten a los productores decir cero gramos de algún ingrediente en la lista de los valores nutricionales, a pesar de que el producto contenga algunos rastros del mismo.

Un ejemplo sería que el producto diga “0 trans fat” y que sin embargo, el mismo contenga al menos medio gramo por servicio o porción.

La única forma de saber si contiene o no grasas trans es leyendo la lista de ingredientes. Si contiene las palabras hidrogenado o parcialmente hidrogenado, entonces significa que sí contiene grasas trans.

Se conoce como hidrogenación al proceso de calentamiento de aceite vegetal  líquido y la combinación de gas de hidrógeno para transformarlas en grasas sólidas. A estas grasas se les llama grasas trans, las mismas no poseen ningún beneficio para la salud, además de que aumentan el colesterol y contribuyen a las enfermedades vasculares.

¿Que buscar en la lista de ingredientes?
En tu próxima visita al supermercado procura:

ïElegir productos que posean una lista corta de ingredientes (10 o menos). Mientras más componentes tengan, más dañino pueden ser.

ï Buscar palabras saludables como grano integral, orgánico, frutas, aceite de coco, almendras, leche, miel, azúcar negra, avena…, procura que sean palabras que puedas pronunciar.

ï Tomar en cuenta que el primer ingrediente que aparece en la lista es usualmente el que más contiene.

ï Tener valores altos en proteína y fibras, pero bajos en azúcar.

EVITA
Una larga lista de ingredientes de más de 10.
Comprar productos cuya lista de ingredientes contenga palabras malas como jarabe de fructosa, sacarosa, aceite hidrogenado o parcialmente hidrogenado, grasas trans, colores artificiales, sabor artificial, cualquier nombre con un número, bromato de potasio, nitrato de sodio, propilenglicol, benzonato de sodio, glutamato monosódico, aspartame, proteínas hidrolizadas, hidroxitolueno butilado, hidroxianisol butilado, acesulfamo de potasio.

Resulta tedioso leer esa lista, sin embargo, muchos de esos componentes están presenten en los alimentos más comunes de nuestras despensas o neveras en los dulces, la mantequilla, las bebidas gaseosas, los cereales, las salchichas, entre otros.

Podríamos dedicar varios artículos hablando sobre cada ingrediente, su uso, sus efectos en nuestro organismo y dónde se encuentra con más frecuencia. Al final, lo importante es que estés consciente de su existencia y de cómo confirmar si aquello que tanto te gusta afecta tu salud.

No es nada para volverse loco y hacer un cambio radical de la noche a la mañana pero, si está en tus manos optar por una opción menos dañina, espero que lo hagas. Recuerda que un cambio, por más pequeño que parezca, puede ser trascendental en tu vida y la de tus hijos.

ENTRENADORA CERTIFICADA EN CLASES GRUPALES Y COACH DE SALUD.
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