Permítete reír, permítete correr, permítete cantar, bailar, disfrutar del mundo. Permítete conocer y conocerte a ti mismo, permítete hablar y expresar lo que sientes. Permítete detenerte y empezar de nuevo. Permítete equivocarte y reírte de tu equivocación. Permítete volar y si caes iniciar de nuevo el vuelo.
Permítete perdonar, sentir, querer, amar. Permítete dar un beso, un abrazo, decir un te quiero, decir un te amo. Permítete pedir ayudar. Permítete agradecer la oportunidad de respirar nueva vez y de ver la luz de un nuevo día.
Permítete renacer de las cenizas y llénate de valor para enfrentar las dificultades. Permítete ser un niño otra vez, y vivir con la esperanza, el gozo y la alegría que alberga en el corazón de uno de éstos.
Permítete disfrutar de la naturaleza, del inmenso mar, del cielo azul, de la maravillosa tierra que Dios te regala. Permítete creer que las cosas pueden mejorar e incluso cambiar. Permítete vivir y dar vida.
Permítete luchar e ir corriendo tras lo que quieres, permítete soñar y pensar que todo es posible para aquél que tiene fe en Dios y en sí mismo.
En fin, permítete ser feliz y vivir a plenitud tu vida! Pues no todos tienen la dicha de estar aquí y ahora, de expresar sus emociones, de gritar, de caminar, de mirar o sonreír y si tú tienes alguna de esas oportunidades disfrútalas al máximo y empieza a sentir.
Recuerda que permitir es un Arte, por de más divertido y gratificante…y que la vida es un eco que te devuelve exactamente lo que le das, por eso sonríele y te devolverá una sonrisa.