Es un dolor en el pecho que no se puede explicar. Ni siquiera quien atraviesa por esa situación sabe, en ese momento, cómo gestionar un sentimiento tan profundo.
Yo pasé por una experiencia similar, por eso sé de primera mano el daño que puede causar la distorsión de la información.
Por eso pido empatía por cada una de las personas involucradas, tanto directa como indirectamente. Me uno al llamado y le pido a todo aquel que posea un dispositivo inteligente o maneje medios de influencia, que cooperemos con la divulgación responsable de información, verificando siempre su contenido antes de compartirlo.
Abstengámonos de subir fotos que puedan afectar la dignidad de quienes, lamentablemente, fueron parte de esta tragedia nacional.
Seamos más conscientes. Preguntémonos: ¿Y si fuera mi familiar? ¿Me gustaría ver imágenes suyas circulando o escuchar información errónea sobre su caso?
La empatía, sobre todo.
Recuerda que, aunque la tormenta pase, las evidencias y la desinformación permanecen… y también el dolor que pueden provocar.
Atentamente,
Leidy López