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Trump y su relación con la prensa en su primera gira: cuanto más lejos, mejor

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Taormina (Italia) (EFE/Miriam Burgués).- El presidente de EEUU, Donald Trump, se ha puesto metas claras en su primera gira internacional: tener a la prensa cuanto más lejos, mejor, evitar responder a preguntas incómodas y ceñirse al guión cuando ha tenido que pronunciar un discurso.

El acceso de los periodistas a Trump y a su equipo durante todo el viaje, que empezó el pasado fin de semana en Arabia Saudí, ha sido muy limitado y mayoritariamente restringido al pequeño grupo de periodistas del “pool” de la Casa Blanca, poco más de una decena, que vuelan con él en el “Air Force One”.

Pero incluso el acceso de ese “pool” se ha reducido al mínimo durante la cumbre de líderes del G7 en la ciudad siciliana de Taormina en la que Trump participa desde hoy.

Ese “pool” apenas pudo grabar hoy unos minutos de la cumbre, que se celebra en un hotel situado a ocho kilómetros de otro hotel donde se ha instalado el centro de prensa.

En los pocos discursos que ha dado, todos ellos muy breves si se comparan con las largas intervenciones de su predecesor, Barack Obama, Trump se ha ceñido al guión y al material preparado.

En las pocas oportunidades en que los periodistas han estado cerca de Trump, al inicio o al final de reuniones que ha mantenido durante su gira por Arabia Saudí, Israel, Cisjordania, el Vaticano, Bruselas y Sicilia, la respuesta más repetida por el mandatario ante las preguntas ha sido “gracias”.

Así, Trump ha evitado pronunciarse sobre varios temas polémicos, el último relacionado con las supuestas filtraciones a la prensa estadounidense por parte de su Gobierno de detalles del atentado del lunes en Manchester, lo que ha enfurecido a las autoridades británicas.

Sus escasos comentarios no preparados ante los periodistas se han limitado a elogiar al papa Francisco, de quien ha dicho que es “fantástico”, o a vanagloriarse de lo exitosa que ha sido su visita a Riad y de los acuerdos firmados con el reino saudí.

Además, la Casa Blanca todavía no ha confirmado si Trump dará una conferencia de prensa este sábado tras el G7 antes de regresar a Washington, algo que sí estaba planeado en un principio.

Según comentan los periodistas estadounidenses que llevan años o décadas acreditados ante la Casa Blanca y que están cubriendo este viaje de Trump, sería algo muy inusual que el presidente no diera una rueda de prensa para cerrar una gira de la magnitud de la que está realizando.

“Claramente, la Casa Blanca tomó la decisión estratégica de limitar el número de cosas que podían ir mal en este viaje, y una rueda de prensa en suelo extranjero es siempre una propuesta arriesgada”, declaró al diario “Politico” Alex Conant, que fue asesor de prensa en el Gobierno del presidente George W. Bush.

Tampoco funcionarios o portavoces de la Casa Blanca han estado muy comunicativos durante la gira y la mayoría de las sesiones informativas que han ofrecido han sido, de nuevo, únicamente para el “pool” de periodistas del “Air Force One”.

En esa misma línea de intentar evitar errores no forzados, en su cuenta de Twitter el Trump de la gira no se parece al Trump que se levanta cada día en la Casa Blanca.

Desde que empezó el viaje, sus únicos tuits han sido para dar las gracias, a veces con fotos o vídeos incluidos, a los anfitriones de los países que ha visitado y para declarar, por ejemplo, que tras conocer al papa está “más decidido que nunca” a trabajar por la paz en el mundo.

En los pocos discursos que ha dado, todos ellos muy breves si se comparan con las largas intervenciones de su predecesor, Barack Obama, Trump se ha ceñido al guión y al material preparado.

Pero incluso así ha generado polémica, ya que en su último discurso, el que ofreció este jueves en la sede de la OTAN en Bruselas, el mandatario no expresó un compromiso explícito con el artículo 5 del Tratado de Washington, base del pacto de defensa común de la Alianza Atlántica. EFE

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