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Encontrar tesoros

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Por: Fanny Goris

La vida es un territorio de aprendizaje y, es feliz aquel que descubre sus tesoros, muchos comunes con los demás y otros muy particulares.

Podemos encontrar tesoros en nuestros pensamientos e ideales, en las personas y en la calidad de su ser, en las ricas experiencias que nutren el alma, en el servicio a los demás, en la providencia divina, en todo lo que contiene la creación y así, la lista puede extenderse, dependiendo de cómo cada quien mire el mundo.

Encontrar tesoros depende de nuestra mirada, de nuestra calidad interior, pues sólo podemos ver fuera, lo que llevamos dentro.

La calidad interior no puede imponerse desde el exterior como muchos sugieren, primero hay que creer en ella, hay que buscarla y vivir un proceso de descubrimiento y aprendizaje. Todos nacemos con ella, pero el problema es que no todos nos hacemos consciente de ella o no la desarrollamos.

Henry David Thoreau dijo una vez: “Fui a los bosques porque deseaba vivir deliberadamente; enfrentar sólo los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar… Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida… para no darme cuenta, en el momento de morir, de que no había vivido.”

Thoreau es un ejemplo de búsqueda, de querer vivir profundamente. Pero, no necesariamente tenemos que irnos a los bosques para descubrir los tesoros de nuestra vida, lo importante es tener claro lo qué valoramos, pues dependiendo de esto serán los tesoros que encontraremos en cualquier escenario de la vida.

Darnos cuenta de los tesoros que nos rodean, hace posible dignificar cuanto hagamos, y, al igual que el rey Midas, convertir en oro todo lo que estemos llamados a hacer.

Desde mi mirada, la calidad interior está muy conectada a los valores que vive el ser humano,  y creo que sin valores no puede haber valor. Ese toque de oro del Rey Midas en lo que hacemos es el resultado de los valores que nos mueven. Pues, no sólo estamos llamados a encontrar tesoros, sino también a ser y hacer tesoros para otros.

Agregar valor y así generar tesoros es una mezcla de iniciativa, creatividad, motivación, valores, decisión, temple, ética, aprendizaje, inteligencia y pasión.

Apostar por los valores es la mejor de las inversiones, es una actitud ante la vida que nos hará ser cada vez mejores como personas y avanzar en la construcción de una sociedad, también mejor.

Si merece la pena “añadir valor” a productos, procesos o servicios, tanto más a nuestra propia vida, a ese espacio personal desde el cual contribuimos al mundo.

Ahora bien, te preguntarás ¿Cómo aclaro mi mirada para encontrar tesoros al tiempo que me convierto en un tesoro para los demás?

Comencemos simple, lo primero es aclarar tus propios valores, las cosas que de verdad te importan. Saca lápiz y papel o tu dispositivo electrónico favorito y toma las notas siguientes:

1.    Escribe dejando un espacio, para luego hacer notas adicionales, una lista de las siete personas (vivas o fallecidas) que más admiras, respetas o valoras en tu vida.

2.    Junto al nombre de cada persona, coloca lo que más aprecias o admiras (Pueden ser varias cualidades).

3.    Toma estos resultados como referencia y prepara una lista de los valores más importantes para ti, en orden de prioridad. Ajústala hasta que quedes conforme. Busca, si es preciso, la definición de cada valor en el que pienses, para que sepas el lugar donde ubicarlo en tu escala.

Recuerda que esta lista contiene las partes de tus nuevos lentes para la vida y el mundo. Esta nueva mirada, atravesada por estos valores que identificaste, será la que te lleve a identificar y encontrar tus propios tesoros. Por eso, asegúrate de que esté incluido en ella, lo que es más te importa.

Muchos soñamos con ser ricos y tener dinero para comprar cosas. Pero, ¿Ser rico se limita sólo a nuestras finanzas? La respuesta es NO. Todos somos ricos de alguna manera, porque tenemos tesoros preciosos que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida. Existen muchas cosas que el dinero no puede comprar; cosas maravillosas e insustituibles. Hoy te deseo que encuentres esa clase de riqueza.

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